Intentando hacer permanente lo efímero
El olor a azahar…dulce, profundo, llegó a ser una obsesión.
Tiempo atrás, intenté guardar su fragancia más allá de los días pertinentes (finales de marzo). Lo guardaba en los cajones, entre mi ropa, jugaba a ser alquimista mezclándolo con otras sustancias.
Pero no lo conseguí.
Lo compré embotellado, pero resultaron ser burdas imitaciones.
Entonces me di cuenta que no quedaba otra que esperar un nuevo ciclo.
Así nace esta serie “Azahar”, con la intención de conservar, hacer permanente algo que no lo es. Y quizá en esa caducidad resida su encanto.